30/11/10

Insomnio

Ayer olvide a propósito tomar las pastillas que me ayudan a dormir. Obviamente no pude dormir y estuve despierto casi toda la noche. No recuerdo haber soñado. Para eso se necesita estar dormido y yo estuve despierto. Los perros de la calle no dejaban de ladrar, las palomas también hacían ruido cerca a mi ventana y empecé a escuchar el tráfico a partir de las dos de la mañana hasta las seis. Lo sé por que tengo un reloj junto a la cama que también funciona como despertador. A esa hora decidí despertarme y al menos estar limpio así que me bañe.

Baje a tomar jugo de naranja. Le dije a mi tía que no había tomado mis pastillas y que estaba con algo de ansiedad. Me quiso dar las pastillas para dormir después del desayuno pero tenía que ir a clases. Salí de casa y pase por el mismo café de siempre. No fue necesario que me dieran la carta todas las chicas que trabajan ahí saben que es lo que pido siempre. Era algo temprano de todos modos pero me atendieron bien. Una señora mayor que yo pidió un café para llevar me miro y me invitó una galleta.

Me hubiera gustado hablarle pero ella ya se iba a trabajar y a mí se me hacia tarde para llegar a clases. Seguía estando algo distraído. Un auto casi me atropella. Me asuste pero no me importó.

Llegue a clases, habían faltado unos cuantos compañeros. El horario era bastante jodido. No era nada grato tener que llegar todos los días a las siete de la mañana. No soporte más de una hora. Me excuse diciendo que quería ir al baño pero estaba mintiendo. No tenía ganas de mear ni de ir al baño. Solo quería salir de ahí y llegar a casa para dormir. Cogí mis cosas y me fui.

Fue curioso pero en el bus de regreso estaba solo. Nadie más subió. Llegue a casa bastante rápido. Algo se estaba quemando y no era mi cerebro. Tampoco me importo. Es más me sentí bastante afortunado de no haber tenido que soportar a alguien más en el camino. Usualmente demoro veinte minutos en el bus pero esta vez lo hice en la mitad del tiempo. Vivo relativamente cerca a todo lo que necesito.

Mis libros y apuntes huelen a nicotina a pesar que deje de fumar hace un par de meses. Mi almohada tiene manchas de vino tinto que nunca saldrán por más que mande la funda a la lavandería. Antes solía beber para escribir, ahora escribo para poder beber. Claro si no escribiera no me llegaría el cheque de la revista en la que trabajo y así no podría ni beber café ni alcohol. Intente dejar de beber pero no pude, siempre había una buena excusa para hacerlo cada fin de semana. Mi psiquiatra no compartía la misma idea.

Habían quedado algunas tostadas del desayuno en la mesa de la cocina. También habían llegado algunos recibos por pagar. Mamá llamo desde España para contarme como iba su curso de derecho penal. De adolescente quise ser abogado pero después se me fueron las ganas.

Los abogados no pueden tener el cabello largo ni vestir como quieren. De hecho no hacen lo quieren, hacen lo que pueden. Yo siempre quise hacer lo que me viniera en gana. Casi siempre pensé en ser feliz y por ahora estoy bastante contento con lo que hago. Extraño la época en la que no tomaba pastillas para dormir.

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