31/12/10

no puedo dormir

No puedo dormir y ya casi va amanecer. No es la primera vez que pasa. Mama duerme en su cuarto y no se molesta en levantarse a pesar del desorden y bulla que causo al bajar por algo de jugo de naranja a la cocina. Esta bien, no quiero molestar a nadie. Hace un buen tiempo que no escribo. De hecho no escribo desde que mi hermana mayor se fue de viaje, cruzo el océano para pasar sus vacaciones de verano en España y tener un invierno con nieve en España.

Me siento solo y desprotegido. No me va tan mal viviendo con mamá. La rutina es la misma. Despertarme temprano, volver a dormir, alimentar a los gatos que nos visitan y bañarme para no parecer un indigente antes del almuerzo.

Mis amigos están ocupados. Yo también pero aun tengo ganas de verlos. Necesito distraerme de vez en cuando. Si no me aburro y se jode todo. Ya no me llama tanto la atención ir a tomar café en la misma cafetería de siempre. Me molesta el ruido de las conversaciones vacías que escucho por no ir con audífonos. Perdí los míos hace un par de semanas y no me preocupado en comprar unos nuevos.

No sé qué hacer con el tiempo libre que tengo ahora que estoy de vacaciones. Debería leer mas sobre filosofía medieval pero aun no llevo el curso así que estoy un poco perdido en el tema. En unas semanas empezare a asistir a un círculo de lectura sobre filosofía antigua. No creo que presente una ponencia. Me da pereza hacerla. Solo quiero ir a escuchar lo que los otros dicen y conversar cuando terminemos de analizar los temas de cada sesión.

El año está por terminar y siento que no hice nada importante. Mi hermana termino la universidad y no paso navidad con nosotros. En el aeropuerto nos despedidos efusivamente y le dije que cuando regresara me vería con algunos kilos menos. La natación me relaja pero no ido hace un par de semanas. El fin de año siempre me deja confundido por que no hay nada que hacer y eso me deja consternado.

Nadie, salvo Ernesto, se ha molestado en llamarme. No he vuelto a saber de Érica desde que fuimos al teatro. Ernesto dijo que iríamos a la playa en los primeros días del siguiente año. No me dijo que planes tenia para fin de año pero nunca los pasa en lima. El siempre se va de viaje a pasarla con sus primos. Nunca le he preguntado a donde se va. Es mi mejor amigo. Se donde vive y eso que se ha mudado un par de veces pero nunca me he preocupado por conocer a sus padres o a su familia ni tampoco de donde es por que el no es de Lima. El tampoco conoce a mis padres. Mi mamá solo lo ha visto por fotos. Es curioso que seamos amigos y salgamos juntos todo el tiempo a pesar de la diferencias. El estudia derecho y yo filosofía. El es más alto que yo pero hemos intercambiado zapatillas más de una vez.

A inicios del semestre quiso invitarme a una fiesta formal de una revista de su facultad pero le dije que debería aprovechar la oportunidad e ir con Claudia. Tuve que prestarle una corbata.

Creo que la pasó bastante bien. De todos modos me llamo antes de salir de su casa para ver si lo acompañaba a recoger a Claudia. Acepte por que ella no vivía tan lejos de la casa de Ernesto. En el camino bebimos unas cuantas cervezas y tuve que hacerle el nudo de la corbata. Que inútil había resultado para estos temas. Pero bueno, Ernesto es mi amigo y se veía bastante bien en terno. Recogimos a Claudia. Se veía mejor que nunca con el vestido rojo que tenia.

Esa es una muy buena anécdota del año que se va. Ojala tengamos algunas mas el próximo año.

21/12/10

Yo soy lo que le falta al mundo para ser un lugar mejor.

Yo soy lo que le falta al mundo para ser un lugar mejor. Siempre estoy confundido pero sobre esto estoy seguro. Tal vez sea un poco raro y excéntrico pero soy una buena persona. En las mañanas saco a pasear a la perrita de la casa. Nunca nos preocupamos en ponerle un nombre pero la queremos bastante. Mi hermana la encontró en el parque, la recogió y empezó a vivir con nosotros.

Tengo pocos amigos. Pero todos ellos son muy buenos. Nos gusta juntarnos para beber café y cerveza los fines de semana. En el colegio no me gustaba hablar con los chicos de mi promoción. No me arrepiento de no haberles hablado. Soy mejor que ellos ya que me va bastante bien en la universidad. Si los veo en la calle los saludos. Nunca más volví a verlos y tampoco he ido a los almuerzos de ex alumnos.

Ahora me siento mejor que nunca. El mundo debería ser un lugar menos hostil para personas como yo. Así mi tarea de convertir la realidad en algo más llevadero seria más sencilla. Últimamente leo varios libros al mismo tiempo. Por suerte logro terminarlos todos. Al final de casa lectura hago un pequeño resumen que va en un pequeño archivo de papeles y apuntes.

También me gusta ir al cine o al teatro. Antes prefería ir solo pero después no tenia con quien conversar. Decidí empezar a salir con Érica. Yo pagaba las entradas y ella me acompañaba. El trato me parecía bastante justo pues ya tenía alguien con quien conversar. Me gusta regalarle flores cada vez que puedo aunque se vea bastante cursi.

Ernesto me llama cada fin de semana para ver qué podemos hacer en la noche de viernes o sábado. Los domingos nos la pasamos en pijama en su casa o en la mía viendo películas de zombies. Nos gusta ir al teniente escarlata aunque últimamente nos hemos quedado conversando con una botella de pisco en su sala viendo programas de baile. El pisco sour es para niñitas.

No he vuelto a llamar a Alejandra desde que supe que salía con un deportista corpulento. Siento que mi integridad física peligra estando cerca a esa parejita. Nunca pienso mucho lo que voy a decir así que temo decir alguna barbaridad que los coja desprevenidos y aquel ser de increíble musculatura decida lanzar mi risible humanidad por los aires. Ella tampoco me ha llamado y creo que no lo hará por un buen tiempo por que siempre está ocupada. No importa. Ya puedo vivir sin ella y gracias a ella. Alejandra fue, es y será una persona muy importante en mi vida pero a veces es necesario despedirse sin olvidar. Algún día nos volveremos a ver y le invitare un café para hablar sobre lo que hicimos con nuestras vidas.

Ahora que estoy de vacaciones y mi hermana fuera del país tratare de leer más y escribir lo que se me venga a la mente. No tengo restricciones. Saldré a correr al parque, a veces solo o tal vez con la perra sin nombre que vive con nosotros. No lo sé. Espero que Érica quiera ir al cine la próxima semana y que Ernesto regrese de pasar las fiestas de fin de año con su familia al sur del país.

Por el momento el mundo necesita mi ayuda y yo necesito un poco de contacto con la realidad para seguir adelante. Que las dudas se alejen de mi y esperar que el próximo sea mejor.

20/12/10

Por favor, no molestar.

Tengo el cuerpo lleno de tatuajes. Cada uno por un trabajo que hice. Soy un asesino en serie que mata por lucro y a veces por diversión. Dependiendo de mi estado de ánimo a veces decido trabajar para mí mismo. Realmente soy bueno en lo que hago. Un asesino de ilusiones es lo que soy. Un ángel de la muerte que ofrece una sonrisa antes de llevarte al infierno.

Aun tengo pesadillas en las noches. Por eso voy de vez en cuando a confesarme a una iglesia cercana. Voy a misa los domingos. Bebo café en las noches. Trabajo en las madrugas frías y eternas. Prefiero ir en bicicleta que en auto. Nunca me he llevado bien con los taxistas.

No puedo decir que tengo un trabajo normal. No, si lo único que hago es dejar papeles con lo que escribo los lunes y jueves en una revista que me paga lo suficiente como para no tener que usar el transporte público de la ciudad. Soy un escritor por vocación y mi oficio es el de ser asesino.

Uso camisa y corbata para ocultar mi cuerpo marcado por tantos tatuajes. Ni yo mismo entiendo por que tengo tantos. Extraño mi piel sin pigmentos ajenos pero cuando empecé a tatuarme dragones y unicornios no termine hasta tener una historia mitológica completa en el cuerpo, laberintos y magos incluidos.

Esta noche después de dejar mis escritos en la revista tendré que trabajar aun más. Me cambiare de corbata y me pondré los guantes de cuero para no dejar huellas en el lugar. A mi jefe no le han gustado mis últimas columnas y he decidido eliminarlo. Será simple. Conozco sus rutinas y excentricidades, rabietas y neurosis.

Primero saldré por un café. Luego iré a beber café muy tranquilo como si nada fuera a pasar en la ciudad. De hecho nadie notara la ausencia de mi víctima, nadie lo extrañara. El no tiene familia conocida y si la tiene le estaré haciendo un gran favor. El no tiene una de esas molestas calcomanías en la parte posterior de su auto mostrando a los miembros de su posible familia. Usa un denario. Tal vez me lo quede y lo lance al mar.

En realidad no odio a mi jefe. Pero a él no le gustan mis columnas y eso me molesta, me frustra. En algún momento quiso hablarme para tratar el tema de mi modo de escribir. Quería que dejara de hablar tanto de mi vida en las columnas que presentaba y que las dos que presentaba en la semana trataran temas profundos e interesantes como la de los jueves. En realidad solo me esforzaba en escribir la de los jueves. La de los lunes la escribía los domingos en la madrugada y la enviaba por correo. Ya la habían cambiado de fecha y salía los martes. Yo seguía insistiendo en presentarla los lunes y por eso solo me quedaba hablar de mi vida a modo de catarsis.

Mi jefe tiene varios kilos de sobrepeso. Es gordo y mofletudo y tiene los dedos de las manos como barras de mantequilla. No soporto su bigote tupido y lleno de sobras de comida. Es un marrano vil y algo hijo de puta que siempre molesta a las recepcionistas de la revista al intentar coquetear con ellas. Es un ser despreciable que merece ser eliminado y eso exactamente lo que haré.

Ha llegado tu última noche marrano. Después de terminar mi café camine unas horas hasta un restaurante de comida al que el siempre iba a comer hamburguesas antes de ir casa. Lo espere a la salida. Jale el gatillo y el silenciador hiso muy bien su trabajo. Nadie se percató de lo ocurrido. Murió, se desvaneció, dormiré tranquilo sin tener que preocuparme por mi columna y el domingo iré a mire a misa.

14/12/10

vine a despedirme

¿Qué acaso no encontró mejor hora para pasar la lustradora?-dije. La señora que limpia la casa se asusto un poco pues lo dije en voz alta y de mal humor. Luego le pedí disculpas y le explique que había dormido muy mal la noche anterior. Ella no sabía que seguía en casa y por eso se le ocurrió lustrar el piso de la sala. Esa fue su explicación. Aun me ardía el estomago por la acidez a la que aun no llegaba a acostumbrarme del todo. Baje a la cocina y solo encontré una jarra de limonada y unas tostadas.

Luego de desayunar encendí un cigarrillo y revise las páginas de algunos diarios en internet. Conté los muertos del día, intenté analizar las protestas sociales y revise algunas propuestas de plan de gobierno de los candidatos a la presidencia. El próximo año votaría por segunda vez.

Tenía que ir a sacar unos documentos en la municipalidad. Me daba pereza salir de casa pero era necesario hacerlo para realizar los trámites que tenía pendiente. Me bañe y luego me cambie. Esta vez había salido el sol así que no me moleste en usar una casa. Salí en manga corta y shorts.

La municipalidad estaba a casi una hora en bus desde mi casa. Revise mi escritorio y encontré un libro que no había terminado de leer. Tenía la costumbre de avanzar varios libros al mismo tiempo. Así siempre tenía algo por terminar de leer. También me resultaba gracioso confundir personajes, historias y lugares por algo que se empezaba a convertir en un mal hábito de lectura. No era siquiera ordenado al momento de leer y eso que leer es una de mis actividades favoritas.

Cuando estaba ya a mitad de camino de percate de que no había traído el celular. Mamá debió haberme llamado un par de veces para saber de mí en el día. En la mañana no la salude. Lo más probables es que hubiera desayunado sola. A ella le gusta tomar té con limón así no esté resfriada. Yo trato de beber café con leche en lo posible por que el café solo me deja exaltado y además no me gusta mucho el té. Solo tomo te con limón cuando estoy resfriado.

Llegué a municipalidad y pregunté por la ventanilla en la que tenía que realizar mis trámites. Solo necesitaba una partida de nacimiento pero estaba seguro que iba demorar, ser engorroso y tedioso. Nada de esto paso. Me atendieron rápido y no demore más de quince minutos en obtenerla. Casi no había colas ya que había muy poca gente en el lugar.

Se me dio por visitar a una amiga que vivía cerca. Ella ya había terminado clases y estaba de vacaciones. Camine un rato por las calle del lugar hasta llegar a su casa. Subí las escaleras del edificio luego de pasar por la portería para llegar al cuarto piso en que vivía. Me agite un poco y tuve que utilizar mi inhalador para evitar un ataque de asma. Sé que cuando estoy agitado me falta la respiración y esto es muy incomodo. Mi amiga no estaba en casa pero me dijeron que estaba por llegar por que había ido a la bodega que estaba cerca. No tenía como llamarla así que me puse a esperarla en las escaleras.

Ella llego con algunos chocolates y una gaseosa grande. Me hiso pasar hasta su cuarto. Hablamos de cómo nos había en estos días y le conté lo del trámite que tuve que hacer en la municipalidad. ¿Por qué tuve que sacar una partida de nacimiento? Simple, me voy del país para estudiar en España y era lo único que me faltaba para pedir la visa. Ya me la habían dado antes y estaba seguro de que no tendría problemas en volverla a conseguir. Seguiría un curso de filosofía antigua en Madrid en la universidad de comillas. Vine a despedirme-le dije.

13/12/10

No quería salir de la cama.

No quería salir de la cama. Eran ya las diez de la mañana y yo seguía en cama. Me quede viendo el techo un rato. Una araña daba vueltas por el foco. No me gustan los insectos. Me levante solo para echarle algo de ese aerosol que mata insectos. Siempre tenia una lata de insecticida bajo la cama. Luego el olor de mi habitación se hiso insoportables y se me ocurrió ir a la sala para ver los noticieros. Tampoco me gusta ver noticias pero estaba bastante aburrido como para ponerme quisquilloso con lo que iba a ver. No soporte más de diez minutos y me puse a ver caricaturas en un canal para niños.

Tanque rascaba la puerta de la cocina. Asumí que no le habían dado de comer y que tenía hambre. Ambos comimos las sobras de comida china del día anterior. No había nadie más en casa. Se habían ido todos. Mi tía dejó una nota en el refrigerador: “báñate y no llegues tan tarde”. La llame a su celular. Contestó a la tercera timbrada, estaba con mi tío lejos de la ciudad. Habían ido a la casa de playa de uno de los amigos de oficina de mi tío.

Ellos llegaban al día siguiente así que tenía permiso para salir en la noche con los amigos de la universidad a cualquier bar. No tendría problemas en llegar un poco más tarde. Eso sí, trataría de no beber tanto para poder abrir sin problemas las puertas del edificio y del departamento.

Tanque seguía algo inquieto después de comer. No le hice caso, preferí ir a bañarme. Me cambie y me puse una casaca de gamuza que había recogido de la lavandería hace unos días. Estaba garuando y hacia bastante frio afuera. En casa nunca había café por que a mi tía le daba pereza pasar el café por la cafetera. Se me ocurrió salir a caminar por el parque central. De camino pasaría por el mismo café de siempre y esperaría a que me pusieran en mi mesa el americano que siempre pedía. Ninguna de las chicas que trabajan ahí me traía la carta por que ya sabían lo que iba a pedir. A veces me quedaba conversando con Daniela, la cajera, sobre cómo le había ido en el día mientras pagaba la cuenta.

Até la correa de tanque a mi silla para que no se escapara. De todos modos estaba bien entrenado y no se alejaría de mí pero quería estar seguro de no tener problemas. Aun no era medio día pero el día seguía nublado y aun caían pequeñas gotas que solo lograban incomodar. Una señora de unos cuarenta años se acerco a mi mesa y pregunto si se podía sentar conmigo. Me di cuenta que el café estaba lleno así que le dije que no tenía ningún problema.

Acaricio a tanque y me dijo que sabía que yo venía casi todos los días. Ella se sentaba en unos de los sofás del interior del café por que así podía leer sin problemas dejando su cartera en una mesita que había cerca. Yo termine el café y estaba por irme. Quería dar unas vueltas al parque con tanque a pesar del frio. Ella me miro fijamente y con una sonrisa me invito a permanecer sentado. Miré a tanque. El seguía tranquilo mordiendo la pelota de tenis que trajimos del departamento.

Valeria era el nombre de mi acompañante. Me dio una tarjeta de presentación para evitar lo incomodo de cierto tipo de preguntas. Trabajaba como psicóloga en un colegio cercano. Luego saco la billetera de la cartera para mostrarme unas fotos. Eran sus hijas que aun seguían en el colegio. Vendrían a recogerla para salir a ver unas tiendas. Cuando llegaron tanque movió la cola. Ella pago la cuenta y el café me salió gratis. Una de sus hijas quería estudiar literatura y la otra dedicarse al teatro. Caminamos un rato y luego fuimos por el malecón. Me dio algo de hambre y me despedí de ellas. El próximo sábado repetiríamos el paseo. También traería a tanque por que se veía muy contento jugando con las chicas.

Llegue al departamento. Deje las llaves sobre la mesa. Mi habitación aun olía a insecticida. Pedí una pizza por teléfono. Tanque solo comía una vez al día pero le di más agua y algo de comida para perros para que no molestara. En la noche llamaría a Ernesto para ver qué haríamos.

Dormí la siesta después de comer. Ernesto estaba en la clínica cuidando a su hermana. Fui a recogerlo. No se veía muy preocupado. Acababan de operarle la vesícula a su hermana. Ahora sus padres se quedarían con su ella. Le conté sobre lo ocurrido en la mañana, nos reímos un rato y dijo “yo también quiero que me paguen el café”.

11/12/10

space nerdy

ahora es el turno de la descripción de uno de mis mejores amigos. no recuerdo si yo la escribí pero siempre es bueno rebuscar en el baúl de los recuerdos.

“space nerdy. fruto de una descentralización inexistente, la camiseta nacionalista del chorri " te amo Perú" y la globalización presente en su ropa interior y su condición de ciberpunk a los 4000msnm. Sus dudas existenciales son de otro tipo pues generan una aptitud innata para el ejercicio filosófico del mas prolífico para amenas y densas conversaciones en bares, cafés y seudo antros de perdición. una de las misiones de space nerdy es evitar que el anormal se aproxime a una fémina y pierda la condición de ente ficcional y mitológico que posee.”

10/12/10

paréntesis

tengo que escribir una autobiografía para el traslado a una nueva universidad en la que estudiare filosofía. No se por donde empezar. El inicio seria un buen punto de partida pero esta descripción (que hiso un amigo) me gusta bastante.

“‎el extraño ser de largo que quería ser un árbol y no podía estar peinado , mas conocido como el anormal pero cuya verdadera identidad es un misterio incluso para el. dudas existenciales hacen que su verdadera identidad sea tan secreta e inefable que ni el la sabe y no puede decir nada al respecto. esta jodido. supuestos poderes le permiten realizar actos impensables como beber de una jarra, ser mas estúpido que el promedio, vivir enamorado de un ideal idealizado y tener una melena con poderes aun mas sorprendentes como desconocidos...”

9/12/10

Realmente lo siento.

Realmente lo siento. No sabes cómo me apena la sola de saber que debo matarte. Lo trágico es que nunca deje de quererte pero ahora debo eliminarte. Sabes demasiado y eso me preocupa. No puedo permitir que sigas con vida en este mundo. Si pudiera enviarte a otra dimensión para dejar de preocuparme lo haría pero se me hace más fácil eliminarte. Aun no sé como lo hare pero eso es solo un inconveniente menor. Ya encontrare la forma más indicada y piadosa de eliminarte.

En un inicio solo fuimos amigos. Es más dejamos de ser simples desconocidos la primera vez que nos vimos en una clase de lógica para llevarnos muy bien y decidir juntar nuestros ratos libres, anhelos y proyectos. Tú querías ser abogada más que nada en el mundo y yo no sabía qué hacer con mi vida pues solo tenía diecisiete años. Supiste comprender mis neurosis y manías como ir a beber café todos los días a la misma hora o escribir siempre en las últimas páginas de mis cuadernos cuando debía prestar atención a clases.

Nos gustaba caminar por el corredor central de la universidad. A veces nos cogíamos las manos para molestar a nuestros amigos haciéndoles creer que entre los dos pasaba algo. Pero entre nosotros solo había una gran amistad que el tiempo y mis debilidades trastoco.

Finalmente llegaste a la facultad de derecho y siempre estabas ocupada. Yo me cambie de universidad para poder estudiar lo que realmente quería y tener un poco más de tiempo libre para escribir. Eso no impidió que nos siguiéramos viendo pero no era como antes cuando éramos jóvenes y la vida era solo una broma de la cual nos reíamos.

Fuiste a uno de mis conciertos en el cual yo tocaba la batería. Era un tributo a mi banda favorita. Te regale las baquetas que use ese día y nos sentamos para conversar un rato. Me dijiste que te había encantado el espectáculo y sobre todo como me veía al sentir el frenesí de la percusión. Ese concierto fue especial por que fuiste tú. Nunca más volví a tocar con la misma energía. Nunca más te volví a ver entre la multitud del público.

Cuando te conté que salía con una chica algunos años menor que yo te alegraste mucho. Tal vez por que al fin se despejaron las dudas sobre si en algún momento hubiera pasado algo entre nosotros. Yo siempre estuve seguro de que tu solo serias mi amiga y serias esa luz en el caos de mi vida. Aun éramos amigos pero cada vez nos frecuentábamos menos. Ya estabas practicando en un estudio de abogados y yo tenía que realizar trabajos de investigación para mis clases de filosofía y dar clases en la universidad para costearme los gastos de fin de semana. Es curioso pero ser jefe de práctica de una clase de lógica me hacía pensar en ti cada vez que entraba al salón y veía chicos y chicas, aun adolescentes, con dudas y esperanzas de aprobar el curso. Me recordaba mucho la situación en la que te conocí. Tú llevaste lógica casi de casualidad solo por que el horario era bueno y podíamos almorzar juntos los lunes después de clase.

Pero ahora que han pasado casi diez años desde la última vez que hablamos no puedo permitir que sigas con vida. El Joaquín que conociste murió y ahora soy una persona distinta que no quiere recordar su pasado y tú eres parte de él. Nadie conoce mi rutina tan bien como tú a pesar del tiempo pues no la he cambiado en lo mas mínimo. Frecuento a pocas personas por el trabajo en la revista para la que escribo y las clases que doy en la universidad. No soy alguien al que le guste hablar con los demás, es mas trato de evitar todo tipo de contacto social salvo que sea con fines profesionales.

Es por eso que ahora después de habernos visto de casualidad en un café debo eliminarte. Aun no resuelvo como lo hare pero eso, insisto, no es un problema. Has arremetido con una de mis manías, la de ir a beber café siempre a la misma hora. Fuiste prudente en no hablarme. Tal vez no sabías que decir o no recordabas que éramos amigos de adolescentes. Lo cierto es que me reconociste y sabias muy bien quién era.

Espero que sigas viviendo en la misma casa. Iré en la madrugada y beberé café hasta el amanecer esperando a que salgas. No me importa si al día siguiente me duele la espalda. Al menos tendré la tranquilidad de que ya no existes y que no serás ya un problema en mi nueva vida. Aun duermo con una pistola bajo la almohada y eso también lo sabes. Esta noche iré a eliminar lo que queda de mi pasado. Si llega el amanecer será el último de tus días y lamentare no haberme despedido apropiadamente.

8/12/10

Mariana

Mariana no ha contestado mis llamadas últimamente. Tal vez este molesta por que me vio bebiendo en público y a ella no le gusta que este bebiendo, no al menos frente a ella. He tenido la mala suerte de estar ebrio varias veces estando ella cerca y he terminado durmiendo en el sofá de su casa. Ella es una buena persona. Se apiada de mi cuando cuando ve que he sucumbido a mis demonios internos y cuando sabe que me he entregado a la ebriedad.

Pero esta vez es distinto. Esta inubicable. Nunca está en su casa, nunca contesta el celular. De todos modos no me llevo bien con sus padres así que asumo que nunca le dicen que llame para ver si estaba en casa. Tampoco se que cursos lleva en la universidad para esperarla a la salida de clases.

Antes era parte de sus amigos cercanos. Nos juntábamos los viernes en casa de Silvia para ver películas y tomar cerveza. Ahí empezaron mis problemas. Yo iba motivado por la presencia del alcohol en las reuniones que por escuchar los problemas de adolescente de sus amigas. Por serte a Silvia también le gustaba beber y al final de las películas íbamos a su jardín a fumar unos cigarrillos.

Mariana siempre estuvo ahí para mí. Era como mi hermana a pesar de que me atraía un poco pero no lo suficiente como para cortejarla. Me fascinaba hablar con ella. Solíamos ir a Starbucks a tomar café los miércoles cuando yo salía de mi terapia y necesitaba terminar el día con un poco de catarsis. A ella no le molestaba que fumara y prefería escucharme antes de decirme algo. A mí me gustaba ser escuchado por alguien más que mi psiquiatra.

Ahora extraño a Mariana y me siento más solo que de costumbre. Tal vez deba pedirle disculpas por algo que no recuerde. Incluso debería pedirle disculpas por ser tan patán y agradecerle que sea mi amiga después de tanto tiempo y muchas estupideces. Ebrio me pongo bastante estúpido como la vez que me declare a Irene, una de sus amigas. En serio quería que fuera mi enamorada pero hacer eso ebrio tal vez no fue la mejor de las ideas.

A Mariana no le gusta que beba y ha dejado en claro que prefiere verme sobrio y lucido. Es ha insistido en que me prefiere sobrio. Que así soy más interesante y mejor persona. Tuve miedo de creerle, soy bastante tímido como para afrontar la realidad y saber que puedo hacer todo lo que hago como hablar con gente que no conozco o divertirme después de los exámenes sin necesidad de alcohol. A me gustaba preparar pisco sour en las reuniones que teníamos en casa de Silvia para pasar el rato.

Ahora Mariana esta en Nueva York. Va a trabajar en una cafetería todo el verano y yo no podre ni llamarla. Estará fuera de mi vida un par de meses sin contar ya los tres meses en que no hemos hablado desde la última vez que la vi. Ojala no olvide que somos amigos. Ojala no haya muerto para ella. Por que uno solo recuerda pero no busca ni llama a los muertos y en el mejor de los casos los olvida con una sonrisa para quedarse tranquilo.

Irene nunca más me quiso hablar. Tal vez pase lo mismo con Mariana. A Silvia deje de verla luego de terminar los años de humanidades. Sebastián y Antonio están ocupados con sus informes de psicología y ya casi no los veo. Nuestro grupo desapareció con el tiempo. Éramos Mariana y yo lo único que quedaba de esos buenos tiempos. Mariana no me invito a su ultimo cumpleaños por que prefería pasarla con Irene. Hiso lo correcto, ella no quería verme bebiendo y yo no lo hubiera pensado dos veces antes de comprar una cerveza en el bar al que fueron. De pronto suena el teléfono, contesto y me sorprendo. Es Mariana.

6/12/10

Alejandra

Alejandra ha conseguido un nuevo enamorado y no soy yo. Su decisión me tomo por sorpresa. No tenia que consultarme nada pero al menos debió contarme algo sobre lo que pasaba con su vida. Me enteré de forma muy abrupta sobre su estado sentimental. Ella esta en amoríos con un sujeto que no conocía y que probablemente me ganaría por bastante diferencia en una gresca de bar.

Yo fui a una de las actividades por la semana de derecho de la universidad. Ella iba a bailar marinera. Llegue algo temprano pero me encontré con un amigo del colegio que también estudiaba derecho. Nunca entendí como alguien en su sano juicio podía querer ser abogado por el resto de su vida. Esta bien, yo también quise ser abogado pero por suerte la gracia no me duro mucho tiempo, me gustaba más estudiar literatura. Algún día iban a publicar mis novelas y cuentos. O al menos escribiría en un diario una columna semanal sobre lo que hacía en la semana.

Mi amigo tenía que ir a prepararse para la actuación de su promoción. Los jueces calificaban no solo la actuación sino también el vestuario así que tenía que ir a cambiarse. Yo siempre me visto igual todos los días. Ya parezco un dibujo animado. Tengo dos casacas iguales, todos mis polos son negros y mis jeans están desteñidos.

Fui por una cerveza en la barra del local. La pagué y guarde el cambio en mi monedero. Hubiera preferido beber antes de venir a este lugar en el que no conocía casi a nadie. Busque a Alejandra y ella empezó a gritar por el teléfono – ¿ya estás en camino?- no sabía a quién le hablaba. Estaba muy linda con el traje de marinera. Se había hecho una trenza y se había maquillado para la ocasión. Me tome una foto con ella y le invite algo de mi cerveza.

-Tu tranquila y vas a ver como dejas obnubilados a los jueces.- le dije
Después de eso ella tenía que estar lista con los chicos de su promoción para salir al escenario. Yo me fui al baño para lavarme la cara y arreglarme un poco. No me gustaba andar despeinado. Cuando regrese me encontré con Lucia. Ella vive cerca a mi casa y a veces me visita. Nos conocimos en la academia cuando yo tenía la idea de estudiar derecho y ella comunicaciones. Al final ella termino en derecho y yo en literatura. – ¿sabes que Alejandra esta con enamorado, no?- me dijo. No respondí. Me hice el desentendido y le dije que quería ir al baño.

Alejandra ya estaba bailando. Nunca había visto a ninguna mujer bailando marinera tan bien como ella. Sabía que era la última vez que la vería así que espere a que terminara para irme. Cuando esto pasó pedí una segunda cerveza en la barra. La bebí de un solo trago y me fui sin despedirme de nadie. Ni siquiera de Alejandra.

Alejandra se convirtió en una de mis mejores amigas en los años de humanidades de la universidad cuando llevamos los cursos de historia y filosofía juntos. Nos gustaba ir los viernes después del almuerzo al bar que estaba frente a la universidad para beber cerveza y regresar después de unas cuantas para fumar algunos cigarrillos en uno de tantos jardines que tenia la universidad. Ella había dejado en claro desde el inicio que solo seriamos amigos pero yo me resistí a tomar eso en serio.

El tráfico era insoportable. Estaba en el parque central con muchas ganas de beber para pasar el mal rato. Decidí ir primero al mismo café de siempre. Esta vez solo me senté en una de las mesas que dan a la calle y prendí un cigarrillo. Pasó un rato y me trajeron el café que siempre pedía. No le eche azúcar y empecé a beber tratando de no quemar. Sonó el celular. Era Alejandra. No quise contestar y pedí otro café. La noche era joven y yo también. Alejandra no sería la primera ni la última mujer que conocería. Llame a un par de amigos para ver si tenían planes. Esta noche llegaría algo tarde a casa. Estaba seguro de que no la iba a extrañar.

5/12/10

Inicio de vacaciones.

Esta mañana desperté sin muchas ganas de hacer algo con mi vida. Lo primero que suelo hacer es bañarme pero esta vez no lo hice. Quería estar en pijama un rato. Prendí el televisor para ver los noticieros de la mañana. Unos cuantos muertos, asaltos, secuestros y corrupción en el gobierno. Nada fuera de lo común. La ciudad tenía su encanto pero era algo peligrosa. Al menos yo creía eso. Nunca me habían robado, nunca fui secuestrado. Solo he sido casi atropellado un par de veces pero fue debido a mi temeridad e imprudencia. Me gusta cruzar las pistas sin prestar demasiada atención para probar suerte. No pretendo morir, solo ver que tan buena o mala suerte tengo.

Aun no he escrito mi columna para la revista en la cual trabajo. Posiblemente en la noche beba unas cuantas cervezas y se me ocurrirá algo interesante. Quiero llamar a Anapatricia pero sé que aun está dormida por que ayer se fue a una fiesta y no quiso que fuera con ella. Fue con sus amigas de colegio. Un grupo de chicas en busca de diversión. Yo no iba a encajar. La debe haber pasado bien. Tal vez la visite en la noche.

Me siento mal por no haber salido este fin de semana. Tal vez por que ahora este de vacaciones y tengo mucho tiempo libre. En realidad ayer no quise salir. Me jodió un poco que Anapatricia me excluyera sus planes. Eso no impidió que fuera por un café. Que observara las personas desconocidas que venían al café y se iban después de un rato mientras yo pedía un café tras otro. Me empezó a doler la cabeza y supe que era momento de regresar a casa. Estaba cansado.

Me pase un rato pensando en lo que debería estar haciendo. Yo afuera en el algún bar celebrando el fin de ciclo o que ahora tendría más tiempo para escribir algo decente para la revista mientras Anapatricia se estaba divirtiendo con sus amigas de colegio conociendo a chicos de otra universidad.

Por suerte Anapatricia no bebe tanto. Si no hubiera insistido en ir con ella pero dijo que era una salida de chicas. Ella fue una de las personas más contentas cuando le dije que no quería beber más o al menos de forma moderada sin llegar a excesos. Una cerveza cada fin de semana estaba bien si decidía beber. Pero ya me había acostumbrado a pedir una coca cola cuando iba al mismo bar de siempre.

Sus amigas me caían bastante bien. Verónica era bastante agraciada y simpática. Le gustaba hablar sobre las muestras de arte a las que iba y sobre lo que tenía planeado pintar en vacaciones. Ella estudiaba pintura en la misma universidad de nombre pomposo y amplios jardines a la que iba Anapatricia.

Seguía sin tener nada planeado en el día. Mi tía estaba en casa de mamá Zenaida, mi abuela. Debía ir listo y cambiado para la hora de almuerzo. Me dijo que el pastillero estaba sobre su mesa de noche y que previamente había contado las pastillas para que solo consumiera las que debía tomar y no más.

Me bañe y le di de comer a tanque. Estaba por llamar a Anapatricia pero decidí esperar hasta la noche. Fume unos cigarrillos en la ventana y arrojé las colillas a la calle. La calle era un gran cenicero por el cual los transeúntes decidían pasar arriesgándose a ser calcinados algún día.

Yo siempre tuve miedo a que me cayera una colilla sin apagar cuando estaba cerca a un edificio. Por suerte nunca me queme. Solo tengo una cicatriz de quemadura por la vez que manipule la tetera de mi abuela y debido a mi torpeza termine botando el agua en el caño. Tuvimos que tomar limonada en el lonche aquella vez. Aun no escribo mi columna para la revista y me queda menos tiempo que antes.

4/12/10

vasectomia canina

Mi tía ha decorado la casa con distintos adornos navideños. Me incomoda viéndola mover los muebles para poner lucecitas y figuras incongruentes a nuestras latitudes. Por suerte no se le ocurrió poner un nacimiento. En este departamento somos todos agnósticos. Pero a mí no solo me incomodan las religiones. Me incomodan las fiestas en general al igual que fiestas patrias, pascua y alguna otra que no recuerdo.

Cuando termino ella se veía bastante contenta. Le invite algo de gaseosa de naranja que tenía en mi habitación con algo de hielo. Hacía bastante calor, me desperté sudando, mi tía también estaba sudando. Yo también la acompañe con la gaseosa. Luego preparamos unos emparedados de pollo con bastante mayonesa. Mi tío no estaba en casa pero regresaría después de ver algunos asuntos. Era domingo pero me había despertado algo temprano.

Saque a tanque a pasear y después fui por un café. Leí algunos diarios que me prestaron. Solo había llevado el dinero suficiente y no había podido comprar nada más. Una de las chicas que trabajaba ahí y me conocía por ir casi todos los días me dijo que tenían los diarios del día y algunas revistas. Tanque seguía dando vueltas en el parque con unas vecinas a las cuales les había pedido que lo cuidaran un rato.

Tanque no había tenido piedad con una shitzu pequeñita. Cuando llegue un señor me increpo que el perro había intentado vejar a su perra consentida. El pobre tanque no tenía mucha experiencia en ese ámbito, era casto y supongo que necesitaba liberar algo del ímpetu que tenía acumulado. Los perros también la deben pasar mal si no copulan. Dudo que se diviertan únicamente persiguiendo pelotas de goma, enterrando cosas en los jardines y olfateando el trasero de otros perros. Eso último debe ser algo así como una señal de amistad. Pero tanque quería más.

Le conté lo ocurrido a mi tía y pensamos por un momento en dejar eunuco a Tanque. Sus gónadas estaban en peligro y el no lo sabía. Me daba algo de pena cercenar la virilidad de un perro, pero no podíamos arriesgarnos a que siguiera intentando violar perritas en el parque. No al menos mientras yo bebía café tranquilo en una esquino y lo encargaba a las vecinas de la calle. Las vasectomías no deberían ser aplicadas en perros, solo en humanos. Los perros me caían mejor que algunas personas que no debieron haber nacido jamás y que posiblemente eran resultado de algún exabrupto de sus padres.

Pasaron algunos días y tanque seguía inquieto. No paraba de intentar violar a su peluche favorito al que antes solo mordía hasta desgarrarlo. Por pasatiempo aprendí a coserlo y lo rellenaba con algunas medias viejas que ya no usara.

Finalmente lleve a tanque al veterinario a le ciertos de sus instintos sean inhibidos. Me daba algo de pena el saber que no sería el mismo. Cuando salió no era mismo. Había perdido cierto brillo en los ojos y no movía la cola igual que antes. Al menos estaríamos en las mismas condiciones. Yo dopado por las pastillas que tomaba para dormir y el, laxo por no querer copular nunca más. Feliz navidad tanque. Lamento no haber podido hacer un llavero con tus gónadas extirpadas. Tomaras antibióticos por unos días. Yo seguiré tomando mis pastillas. Al menos podremos perseguir objetivos inalcanzables.

3/12/10

Reuniones familiares.

Uno de los tíos mayores en la familia decidió reunir a la mayor cantidad de parientes una vez al mes. No nos veíamos muy seguido y tampoco se podía decir que éramos cercanos. Cuando mi tía recibió la invitación del tío Simón para ir a su casa de campo una vez al mes, dudó un poco antes de aceptar ir. Me preguntó si podía acompañarla y me ofreció unos dulces de la pastelería que quedaba cerca al departamento si iba con ella.

Mi tío nunca quiso ir a las reuniones. Sus concuñados lo habían obligado a beber en alguna que otra reunión familiar o matrimonio en el cual termino muy ebrio y se sintió avergonzado. Yo sabía que no le caía muy bien la tía Consuelo.

Precisamente la tía consuelo había decidido estar enferma por estos días. La reuniones eran el primer sábado de cada mes. Por ser fin de año se había dispuesto que los que llegaran después de la hora de almuerzo deberían llevar una caja de cerveza o un par de botellas de vino. No me gustaba mucho la idea de ver a toda mi familia ebria pero al menos los haría más entretenidos y no tendrían tiempo para hacerme las mismas preguntas de siempre.

La tía Consuela está enferma y ha abandonado al tío Simón a su suerte como anfitrión. Yo nunca tuve ningún problema con el tío Simón. Es mas siempre me cayó muy a pesar de que no lo veía muy seguido. En cambio a la tía Consuelo no le gustaba ver a nadie bebiendo, ni repitiendo el plato, ni riendo en la sobremesa. Creo que todo le molestaba y que por eso vivía amargada y enfermándose antes de la reuniones familiar. Ella estaba en contra de que los demás se divirtieran aunque últimamente lo hacíamos a costa suya. Era el comentario general y obligado en las reuniones que teníamos y a las que ella faltaba.

A la tía Consuelo nunca le gusto la idea de que empezara a beber antes de ser mayor de edad. A mí me importaba un bledo lo que pensara. Cuando cumplí los dieciocho y adquirí el derecho de beber con tranquilidad del bar, me miraba con una cara de culo que no podía soportar y me pasaba el resto de la reunión hablando mal de ella con mis primos. En esa época al menos iba a las reuniones y podíamos burlarnos, muy cerca a ella, de lo amargada que vivía.

Pasamos por la pastelería un pedí unos dulces de canela. Nos dirigíamos a la casa de tío Simón. Le pregunte a mi tía si no le molestaba tener que ver a sus primos y tíos. Ella dijo que el tío Simón estaba pagando sus culpas y que ahora era un buen momento para juntar a la familia. Yo seguía comiendo mis dulces de canela. No tenía planeado beber pero si quería comer cerdo asado. Ya nos habían adelantado que iban a preparan cerdo al cilindro. Yo estaba contento pero de todos modos quise ir a la pastelería.

2/12/10

Fin de semana.

El fin de semana había llegado y no me bañaba desde la semana pasada que terminé los exámenes finales. No me sentía muy bien. Sabía que podía haber dado mejor aquellos exámenes. De todos modos no iba a jalar ningún curso. Aun tenía que recoger los exámenes corregidos pero me daba pereza ir hasta la universidad.

Mi tía ya había empezado a rociar mi desodorante en mi habitación de vez en cuando para hacer más llevadero el olor en el departamento. Mi tío aun no había llegado de su viaje de negocios. Yo no quería salir de mi habitación. Iba de vez en cuando a la cocina a comer algo y regresaba. Tenía cigarrillos suficientes para la semana que ya se estaban acabando en un cajón.

En la tarde después de almorzar llamó Cesar. Dijo que había una reunión con los chicos de su facultad. No tenía muchas ganas de salir pero me prometió que iba a beber gratis. Eso me puso de buen humor. Finalmente me bañe. De todos modos ya era hora. Mi tía no era la única con derecho a deprimirse. El fin de año es una mierda. Me dan ganas de mandar a freír monos a medio mundo pero sobre todo de no bañarme y apestar a diantres.

Cesar no vivía tan lejos así que le dije que viniera a recogerme a las nueve para ir por un café antes de la fiesta. Invitarle el café era lo menos que podía hacer. También aliste una botella de ron que no iba tomar por si acaso. No había bebido en meses y pensaba hacerlo.

Cuando me estaba cambiando el teléfono volvió a sonar. Había olvidado desconectarlos. A mi tía no le incomodaba que hiciera esto por que siempre la ubicaban al celular. Era Cesar otra vez diciéndome que había olvidado mencionar que la reunión era con disfraz. – ¿Y de donde carajo saco un disfraz a esta hora?- respondí. Nos reímos un rato. El no iba a ir disfrazado pero de todos modos me dijo que lo tuviera en cuenta.

Saque el terno que usaba en las exposiciones de la universidad, una camisa blanca y una corbata azul que casi nunca me ponía. Iba ir disfrazado de un conocido periodista al que no le gustaba variar mucho su forma de vestir. Me tuve que peinar y amarrar el cabello. Listo, estaba preparado para mezclarme entre la multitud de disfraces o al menos creía eso. De todos modos podía decir que estaba disfrazado de oficinista liberal o uno de esos motivadores que venden libros de autoayuda.

Busque entre mis cosas una pistola de juguete, una barba postiza y un gorro de navidad. Cesar seria un asesino disfrazado de papanoel. Nos encontramos y fuimos al café. Le dije que no me había sentido muy bien en la semana. Hablamos un rato y estado de ánimo mejoró. Tal vez por que me dijo que tenía varias amigas (esperaba que todas fueran agraciadas) y casi ninguna con enamorado. Todas ella solteras y disponibles. El alcohol haría el resto, yo solo tenía que comportarme como siempre lo hacía.

Pague la cuenta del café y salimos para tomar un taxi e ir a la reunión. Cuando llegamos nos dijeron donde estaban los vasos y que podíamos beber del bar a discreción. Salude a todas las personas de la fiesta mientras Cesar se quedo en la puerta hablando con la dueña de casa. Me presente como el amigo de Cesar, Joaquín, estudiante de filosofía y buen compañero de cafetería. Unos chicos insistían en que bebiera algo de whisky pero les dije que era abstemio desde hace algunos meses. Me dejaron beber coca-cola tranquilo.

Luego hable con unas chicas que se había juntando en una esquina. Una estaba disfrazada de zombie y las otras de hadas. La chica zombie parecía ser la más agraciada. Me divertí mucho con ella hablando sobre sinsentidos y cosas sin importancia. Los temas complicados habían quedado atrás junto a mi último examen. La reunión avanzaba y no dejamos de hablar en toda la noche.

Estaba bastante satisfecho por como me había ido. Cesar me dijo que ya tenía que regresar a casa. No tuve mayor problema en acompañarlo de todos modos teníamos que regresar juntos. Ya estaba algo ebrio y tuve que ayudarlo a no tropezar con algún mueble de la casa. Nos despedimos y salimos por la puerta de la cocina.

-¿oye, tuviste suerte con alguna?- me preguntó.
- me lleve bastante bien con la chica zombie pero olvidé preguntarle su nombre- le dije.
-se llama Silvana y lleva algunos cursos conmigo- dijo y vomitó en un jardín.

Al llegar a casa, me di cuenta que estaba curado. Si, curado había olvidado por un momento a Alejandra. Me importaba un bledo lo que hiciera con su vida. Ella también se podía ir a freír monos con quien quisiera. No tenia que sentirme mal por nada ni nadie. Volvería a bañarme todos los días y así mi tía no tendría que tomar medidas desesperadas por el olor. Tal vez trataría de llamar Silvana. Claro, si es que Cesar recordaba algo de lo sucedido.

Tarde a clases

Llegue tarde a clases y encontré la puerta del salón cerrada. No me quedo más remedio que regresar a casa pero antes quería ir por un café. Desperté con algo de acidez en el estomago pero no iba evitar que fuera al mismo café de siempre. Llegue bastante temprano. Aun estaban sacando las mesas, todos los ceniceros estaban en una mesa y no había nadie más en el lugar.

Espere junto a la caja hasta que pudieran atenderme. Después de unos minutos me trajeron el café y me regalaron unas galletas de ayer que habían quedado en el mostrador. No estaban mal y estaban muy ricas.

He visto a la misma señora un par de veces llegar temprano al café. Pide un cappuccino, lee una revista de modas y chismes y a veces pide un cenicero para fumar. Casi nunca me siento al interior del café pero había lloviznado la noche anterior y hacia frio afuera. Eso era bastante raro en esta época del año.

Por cortesía le pregunte si le incomodaba que fumara tan cerca a ella. Dijo que no y me pidió un cigarrillo. Se lo di y no me dijo nada mas mientras ambos bebíamos café sentados junto a la caja. Antes de irse se despidió de mí y me dio las gracias por el cigarrillo. Me dio una tarjeta con sus datos y me dijo que siempre venia en las mañanas antes de ir a su consultorio, era psicóloga y trabajaba en una clínica cercana.

Me quede un rato más ahí. No tenía nada que hacer hasta la tarde salvo recoger algo de ropa en la lavandería. Llegando a casa dormiría un poco y revisaría el correo electrónico. Faltaba muy poco para los exámenes y tenía que empezar a estudiar ya. Después de los exámenes venían los excesos propios de la algarabía por aprobar los cursos o la frustración al haberlos jalado. A mí me gusta reunirme con mis amigos. Me gusta hablar con ellos. Nunca he jalado un curso y espero seguir así.

Termine el café, pague la cuenta, me despedí de la cajera y salí del lugar. Esta vez sí deje propina en el vaso de propinas. Me pareció lo justo por las galletas de avena que me dieron.

No me gusta viajar en bus. No me gusta ver a tantas personas que no conozco y que no volveré a ver. Antes les prestaba atención para distraerme pero deje de hacerlo por que la actividad me resultaba poco productiva y prefería avanzar las lecturas de la universidad cuando podía ir sentado.

Me pareció curioso escuchar todo un disco de salsa dura en el bus. De esa que se baila pegadita y con bastante gracia. Empecé a seguir el ritmo. Me sentía bastante animado. Los demás parecían tristes, al parecer no disfrutaban de la música. Creo que no disfrutaba siquiera de sus vidas aun más tristes. Disfrutar de las cosas más simples que ofrece la vida es de lo más cojonudo. El simple hecho de estar vivo es de por sí bastante cojonudo. Y aun más cojonudo es saber disfrutarla bien sin tanto exceso. Creo que por eso decidí dejar de beber como un cosaco.

Solía sentirme mal cuando no recordaba como llegaba a casa. Ahora ya no bebo. Bueno solo bebo café todos los días y aun tengo el mal hábito de fumar. Algún día también cambiare esas malas costumbres y llegaré temprano a clases.

1/12/10

Es un mes complicado

Es un mes complicado y ya no recuerdo cuando fue la última vez que dormí sin ayuda de las pastillas que me recetó la psiquiatra. Al principio me sentía algo sedado por el efecto que tenían en mí. Luego me acostumbre y ahora siento que dependo de ellas para poder dormir tranquilo.

Aun desconecto los teléfonos al llegar a casa después de clases. Suelo volver a conectarlos en las tardes cuando estoy despierto y de buen humor. Es casi fin de año y ahora estoy algo ajetreado con los trabajos finales de la universidad pero sobre todo fatigado por el esfuerzo que significa redactar el ensayo para el seminario de filosofía contemporánea en el que me matriculé.

Aun bebo café la cafetería que estar cerca al departamento de mis tíos. A mi tía no le gusta darme café por que me altera un poco, me pone nervioso, empiezo a hablar más rápido de lo usual, mis ideas se desordenan, escribo en servilletas y no puedo controlar mis meñiques exacerbados por la cafeína. Creo que todo esto le incomoda así que separo una hora del día para ir a beber café tranquilo, en realidad, no tan tranquilo, leer el diario y pasear al perro de la casa mientras fumo un cigarrillo dando una vuelta al parque. En el café ya no me traen la carta por que saben que siempre pido lo mismo y dejan que tanque, un perro muy bien entrenado, olfatee a las personas que vienen y van sin causar mayor molestia.

Sin embargo mi rutina se ha visto alterada. Hace más de una semana que no veo a mi tío y ya lo empiezo a extrañar. Sobre todo, nuestras conversaciones en la cena cuando hablamos de cómo nos fue en el día. A él en la oficina y a mí, en las clases. El banco le pagó un viaje a Colombia para visitar a otros gerentes de banco. En realidad no sé muy bien que hace. Estudiar filosofía ha hecho que pierda la noción sobre ciertas cosas. El trabajo de oficina es una de ellas. Yo ya me convencí que terminare siendo un profesor en alguna universidad, si tengo suerte y que publicarán mis artículos en alguna revista especializada.

Mi tía ha empezado a sentirse sola y ha dejado de maquillarse en las mañanas. No se arregla como antes y ahora soy yo quien prepara el desayuno. Esta semana nos la hemos pasado viendo películas en la noche. Cuando terminamos ella va a su cuarto a dormir mientras yo me quedo en la sala viendo las noticias. Me da flojera ir a mi cuarto y ponerme pijama así que duermo en el sofá junto a tanque.

Creo que esto ha hecho que despierte con dolores en la espalda. Nunca me gusto tomar el bus para ir a la universidad. Pero mi tía aun no me deja usar el auto aunque estos días esté estacionado en el garaje. Tanque se ha convertido en mi nueva alarme. Le gusta despertarme poniendo su nariz húmeda y fría en mis mejillas.

No sé cuando llegara mi tío. Al parecer el viaje se prolongara por una semana más. Mientras esto dure seguiré durmiendo en la sala. Al menos mi habitación estará ordenada aunque ahora tenga que arrimar mis lecturas y apuntes junto al televisor. A mi tía no le molesta mi desorden y eso es bueno por que soy algo desordenado en general.

Mañana tendré que pasear nuevamente a tanque así sea domingo. Los perros no descansan nunca de ser perros. Tratare de animar a mi tía y ordenar en lo que pueda el departamento. Tal vez llame a una amiga para ver si podemos ir al teatro en la semana. Iré al supermercado a comprar té y algunas cosas para la semana. Solo espero que mi tío llegue antes de navidad.