29/11/10

Cuando te conoci

Cuando conocí a Anapatricia ella era solo una chica más en la clase de alemán. Se veía algo menor que así que no intente hablarle. No hice ni el más mínimo esfuerzo por hacerlo. Sin embargo, me llamo la atención que fumara cigarrillos de canela a la salida del instituto. El verano se había pasado rápido y no había logrado hablar con nadie en el salón. Las clases de la universidad están ya muy próximas y no quería admitir que había perdido el tiempo en las vacaciones.

El último día de clases de febrero le pregunte si seguía en el colegio. Ella me dijo que pasaba a cuarto de secundaria y que después quería ser psicóloga. En ese tiempo aun estudiaba derecho para complacer a mis padres. No tenía muchas ganas de terminar la carrera pero iba a clases por que mis amigos también iban y disfrutaba el verlos seguido.

En fin, le di una cajetilla de los cigarrillos de canela que fumaba. Ella la acepto y la invite a ir por un té de burbujas en el parque central. Teníamos que caminar un par de cuadras pero eso nos daría la oportunidad perfecta para hablar al menos de cómo nos había ido los últimos dos meses. “aprender alemán no es tan difícil como pensaba” dijo ella. La verdad es que a mi si se me hacía difícil. No entendía un carajo de lo que trataban de enseñarme pero al menos pasaba los exámenes. Una lástima que tuviera que dejar de ir a clases por la universidad.

Cuando terminamos el te me acerque a la caja a pagar la cuenta. Hace tiempo que nadie le invitaba algo. Tampoco entendí muy bien cómo fue que paso pero resultó que llegué a caerle bien en tan solo un par de horas. Cambiamos números de celulares y prometimos llamarnos una vez al mes para no perder contacto.

Empezamos a caminar por el malecón viendo el mar frente a nosotros. Las olas iban y venían como las preguntas que nos hacíamos sobre nuestras vidas. De hecho ella parecía bastante interesada en la mía aunque yo me sentía un poco desilusionado con lo que había hecho después del colegio y frustrado por algunas cosas que nunca pude hacer.

La vida de Anapatricia era como la de cualquier otra chica de quince años que seguía en el colegio. Estaba en uno de monjas solo de mujeres asi que tenia pocos amigos varones. El año pasado casi todas sus amigas habían cumplido quince y ella había ido a todas las fiestas sin poder bailar con alguien que no fuera mercedes, su mejor amiga.

“necesitas un compañero de baile”-le dije. Ella por fin se rio y me dijo que era cierto. Que si la volvían a invitar a una de esas fiestas me llevaría sin pensarlo y que le gustaría verme en terno. Yo me sentía algo mayor para ir a ese tipo de reuniones pero de todos modos cambiar de ambiente los fines de semana no haría mal. Estaba algo cansado y aburrido del teniente escarlata, el bar al que iba desde que empecé la universidad.

Nunca pensé en conocer su casa. Pero a la semana siguiente de aquella caminata me dijo que necesitaba ayuda con unos ejercicios de razonamiento verbal que le habían dado de tarea en el colegio. Nos encontramos frente a una iglesia al terminar el malecón por el cual habíamos caminado y fuimos a su casa.

En un primer momento pensé que su madre me iba a botar a escobazos y que soltaría a los perros en caso de tenerlos. Nada de esto de paso. Me invito un vaso de limonada y nos dejo estudiando en la sala. Cuando terminamos me dijo que tenia una fiesta y pases dobles. También me pregunto si quería ir con ella. Le dije que antes tenía que alistarme en casa y cambiarme por que era formal como todas las fiestas de quince años.

Mamá me vio algo extrañada al verme buscando el terno que usaba en las exposiciones de la universidad. Le dije que me habían invitado a última hora a un matrimonio, que llegaría algo tarde y que, por favor, no me esperase despierta.

Cuando regrese a la casa de Anapatricia ella estaba con un vestido negro y un peinado distinto. Había dejado de parecer una niña. Su mamá nos tomo una foto antes de salir y nos dio unas cuantas recomendaciones. De hecho creo que me estaba encargando cuidar a su hija. No tenía planeado beber. Pierdo el control muy fácilmente y quería conocer a las amigas de Anapatricia. Pero ella se veía muy bien esta noche como para distraerme con otras chicas o bebiendo. Esta noche quería bailar con ella.

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