2/12/10

Tarde a clases

Llegue tarde a clases y encontré la puerta del salón cerrada. No me quedo más remedio que regresar a casa pero antes quería ir por un café. Desperté con algo de acidez en el estomago pero no iba evitar que fuera al mismo café de siempre. Llegue bastante temprano. Aun estaban sacando las mesas, todos los ceniceros estaban en una mesa y no había nadie más en el lugar.

Espere junto a la caja hasta que pudieran atenderme. Después de unos minutos me trajeron el café y me regalaron unas galletas de ayer que habían quedado en el mostrador. No estaban mal y estaban muy ricas.

He visto a la misma señora un par de veces llegar temprano al café. Pide un cappuccino, lee una revista de modas y chismes y a veces pide un cenicero para fumar. Casi nunca me siento al interior del café pero había lloviznado la noche anterior y hacia frio afuera. Eso era bastante raro en esta época del año.

Por cortesía le pregunte si le incomodaba que fumara tan cerca a ella. Dijo que no y me pidió un cigarrillo. Se lo di y no me dijo nada mas mientras ambos bebíamos café sentados junto a la caja. Antes de irse se despidió de mí y me dio las gracias por el cigarrillo. Me dio una tarjeta con sus datos y me dijo que siempre venia en las mañanas antes de ir a su consultorio, era psicóloga y trabajaba en una clínica cercana.

Me quede un rato más ahí. No tenía nada que hacer hasta la tarde salvo recoger algo de ropa en la lavandería. Llegando a casa dormiría un poco y revisaría el correo electrónico. Faltaba muy poco para los exámenes y tenía que empezar a estudiar ya. Después de los exámenes venían los excesos propios de la algarabía por aprobar los cursos o la frustración al haberlos jalado. A mí me gusta reunirme con mis amigos. Me gusta hablar con ellos. Nunca he jalado un curso y espero seguir así.

Termine el café, pague la cuenta, me despedí de la cajera y salí del lugar. Esta vez sí deje propina en el vaso de propinas. Me pareció lo justo por las galletas de avena que me dieron.

No me gusta viajar en bus. No me gusta ver a tantas personas que no conozco y que no volveré a ver. Antes les prestaba atención para distraerme pero deje de hacerlo por que la actividad me resultaba poco productiva y prefería avanzar las lecturas de la universidad cuando podía ir sentado.

Me pareció curioso escuchar todo un disco de salsa dura en el bus. De esa que se baila pegadita y con bastante gracia. Empecé a seguir el ritmo. Me sentía bastante animado. Los demás parecían tristes, al parecer no disfrutaban de la música. Creo que no disfrutaba siquiera de sus vidas aun más tristes. Disfrutar de las cosas más simples que ofrece la vida es de lo más cojonudo. El simple hecho de estar vivo es de por sí bastante cojonudo. Y aun más cojonudo es saber disfrutarla bien sin tanto exceso. Creo que por eso decidí dejar de beber como un cosaco.

Solía sentirme mal cuando no recordaba como llegaba a casa. Ahora ya no bebo. Bueno solo bebo café todos los días y aun tengo el mal hábito de fumar. Algún día también cambiare esas malas costumbres y llegaré temprano a clases.

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