11/4/11

“¿En que momento se jodio el Perú?”
-La volatilidad del voto en las elecciones generales del Perú (abril de 2011)

El titulo de este artículo es una pregunta planteada por “Zavalita” en el libro “Conversaciones en la catedral” de Mario Vargas Llosa y puede resumir, en líneas generales, lo que sucede en el imaginario colectivo de muchos peruanos cada vez que tenemos elecciones generales.

En un país post-crisis de partidos en la que estos ya no son necesarios los electores hemos pasado de ser militantes a simples simpatizantes. No existe discurso o ideología alguna que estructure el devenir político ni que represente a la ciudadanía.

La falta de representación aparente por la inexistencia de partidos políticos sólidos y que duren más de una elección general ha sido superada por la aparición de actores políticos que prometen satisfacer las necesidades de la población y la incertidumbre generada por el vacio constante en este ámbito. La promesa es suficiente, ya no es necesario un aparato constate pues la política parece ser un espacio ajeno para la mayoría de ciudadanos.

Vivimos en una democracia aún joven después de años difíciles durante la década de los noventa con defectos por resolver. No nos gusta la idea de ser representados por aquellos que son elegidos por una mayoría que responde al clientelismo, asistencialismo y paternalismo.

Estas elecciones, respecto a la anterior, dejan varias preguntas sin una aparente respuesta clara e inequívoca. ¿Qué nos pasa? ¿Por qué seguimos obsesionados con la idea de votar por el mal menor? ¿Por qué existe un tan alto porcentaje de la población que decide votar por candidatos que no representan, necesariamente, el perfil de un profesional capacitado para gobernar el país por cinco años?

Varias posibilidades parecen justificar este hecho. En primer lugar, el descontento generalizado respecto a la clase política. Esta, definitivamente, no se hace un favor con la continuidad de la corrupción arraigado en todos los niveles de su estructura.

La pobreza como flagelo de una sociedad que se jacta de un crecimiento sostenible en los últimos años en cifras macroeconómicas hace que esta población vaya en busca de un cambio total. Sin embargo se piensa generalmente que la solución es inmediata y que esta vendrá de algún agente externo como si fuese una verdad por revelar.

Pues no. La solución está en seguir un modelo constante que brinde oportunidades de desarrollo de forma equitativa. El asistencialismo es un paliativo a la pobreza pero no la solución a esta.

Hemos sido testigos de cómo en estas elecciones los resultados estarán constituidos por simpatías a proyectos que, básicamente, ofrecían lo mismo salvo la excepciones de candidatos que representaban extremos.

Las encuestan reflejaron en un principio que el ciudadano común “paga por ver”, es decir, confiaba su voto a candidatos que habían desempañado algún cargo público o representaban la labor de un régimen anterior. Un primer escenario mostraba a un ex presidente, a un ex alcalde y a la heredera de diez años de gobierno liderando las encuestas.

Luego pasamos a analizar los conceptos de voto a conciencia, perdido y finalmente, estratégico. La campaña fue ardua y tuvo consecuencias en el panorama de los candidatos que se verían en segunda vuelta.

En el 2005 el escenario Garcia-Humala se veía improbable, pero fue lo que pasó. En estas elecciones pensar en el escenario Fujimori-Humala parecía improbable en un inicio pero lo que en las elecciones anteriores se manifestó como la aparición de un outsider, un agente ajeno a la política, ahora se presento como la consolidación de un movimiento anti sistema institucionalizado en el apoyo a determinado candidato.

El candidato que encabezaba encuestas al inicio de la campaña no supo cómo mantener el apoyo que tenia pese a su gestión como presidente en el pasado. El ex alcalde no pudo convencer al resto del país y la gran sorpresa la dio un ex ministro de economía que supo como interesar a la juventud en una propuesta distinta. Es una lástima que no estemos preparados como país para enfrentar retos a largo plazo y por etapas como lo había planteado este ultimo candidato.

La final de la campaña estuve plagada de puyas y ataques. Consideramos que la democracia esta subvalorada si un tal alto porcentaje de ciudadanos apoya posiciones anti sistema o el retorno de viejas prácticas autoritarias y no la continuidad del modelo económico actual que ha mostrado generar un desarrollo sostenido en los últimos años. Sabemos que existen fallas y que estas deben ser resueltas pero no con un salto al vacío o el retorno al pasado.

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