Los tiempos han cambiado

Mi hermano menor sale a una reunión con los amigos de su promoción. Todos ellos tienen en promedio 16 años. Se fue después de almorzar mientras yo estudiaba griego antiguo con un amigo de la universidad. Es viernes y yo estoy de vacaciones. Como el aun esta en el colegio tiene clases el lunes. Ya no hablamos mucho. Casi no tenemos temas en común. Yo me aburrí de las salidas nocturnas hace un par de meses. Ahora considero que pasar una tarde en un café es mucho más divertido e interesante. Mi hermano menor está descubriendo experiencias nuevas. Bueno, al menos nuevas para él porque yo ya las conozco, las viví, analicé y de las cuales no me siento orgulloso de recordar en su totalidad pues cometí algunos errores. Y es que la vida es como un ensayo teatral para una obra que nunca podremos presentar pues solo tenemos una. Esperemos que la historia no se repita. Los tiempos han cambiado. Ahora paso las noches leyendo y pensando historias que pueda escribir. Disfruto la compañía pero aprecio mucho más el sosiego y la calma. He dejado los excesos en el pasado. Mi hermano menor está expuesto a ellos pues carece de la experiencia propia de su breve existencia en este mundo. Los roles han cambiado. Ahora es él quien sale en las noches y yo quien se queda en casa. Tal vez me despierte al llegar y tenga interés por contarme como le ha ido. Yo no tenía un hermano mayor y tampoco sabía que me gustaba escribir. Si hubiera sido así hubiera empezado a escribir mucho antes. El testimonio ha sido entregado. Mi hermano no sabe qué hacer frente al desconcierto y lo desconocido pero por suerte sabe que es lo no debe hacer por experiencia de terceros. Ojala todo salga bien. Ojala presenciemos en el devenir de la historia la manifestación de superación y conservación. Ojala no seamos testigos del eterno retorno.