15/1/11

No me busques esta noche

Ninguna de ellas responde mis llamadas. Nunca están en casa y cuando dejo el recado de que devuelvan la llamada al llegar nunca lo hacen. Tal vez se hayan mudado y yo no esté enterado. Tal vez me estén evitando y aun no me resigno a aceptarlo. Las extraño a todas y cada una de ellas. No sé por qué dejaron de hablarme ni tampoco por que quisieron dejar de escucharme. Extraño su presencia, extraño ser lo que solía ser cuando estaba junto a ellas.

Nada es lo mismo sin ella. Nada me inspira para escribir ni continuar viviendo. Vivir y escribir es casi lo mismo para mí y ahora no puedo hacer ninguna de las dos cosas. El tiempo no fluye solo pende.

Desearía que esto solo fuera una broma de mal gusto, que los relojes se derritieran y encontrar los cuadernos en los que escribía cuando era niño. Nada esto es cierto. Esto no es una broma, es mi triste realidad. Los relojes siguen avanzando y recordándome que mi fin esta cerca. Aquellos cuadernos nunca regresaran a mí como ellas tampoco lo harán.

No entiendo por qué decidieron alejarse de forma tan abrupta de mi vida. Ellas no solo formaban parte de ella. Eran todo y mucho mas y ahora no están junto a mí para soportar mis rabietas y neurosis ni compartir momentos agradables amenos.

Nunca debí invadir el jardín de mi abuela y profanarlo al hurtar orquídeas para regalarlas como muestra de aprecio y admiración. Las orquídeas estaban muy bien cuidadas y eran realmente bonitas pero no tanto como ellas. Tal vez confundí la amistad que ellas me prodigaban con sentimientos inexplicables que solo yo podía entender. Tal vez las asuste y por eso se alejaron y huyeron de mi vida. No lo sé. No sé qué fue lo que paso. Solo sé que ahora estoy solo sin nadie con quien hablar salvo las voces que retumban en mi cabeza cuando dejo de estar pendiente de existencia.

Nunca antes había tenido que enfrentar mi soledad. Intente batallar con mi demonios internos pero en la brega nos hicimos muy amigos y ahora me acompañan. Yo y el laberinto de mi mente. Un ardid del destino quizás para probarme algo a mí mismo. Tal vez ellas nunca existieron y el tiempo que pase con ellas fue simplemente una ilusión.

Pero no, me rehúso a aceptar eso. Lo que yo viví fue real por que me da la gana de que así sea y no me importa nada más. Aun las extraño y las seguiré extrañando hasta que regresen a mi vida y pueda volver a escribir sandeces eventualmente sin darle muchas vueltas al asunto.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

muuuuuy triste . . . .

Anónimo dijo...

abuuu ...